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Coronavirus: cómo impacta en las mujeres el aumento de tareas de cuidado por la pandemia

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Frente al aumento de las tareas de cuidado no remunerado en los hogares, la mayoría de las mujeres se hizo responsable de la carga adicional.
  • UNICEF registró un crecimiento del 68% al 71% del total de actividades del hogar realizadas por mujeres, con la excepción de hacer las compras.
  • Si la reapertura económica se hace sin contemplar el cierre de escuelas y espacios de cuidado, el impacto podría ser aún mayor, señalan los especialistas.

El aislamiento profundizó la distribución desigual de tareas domésticas entre mujeres y varones que ya existía. A la vez, el aumento del teletrabajo podría cambiar las normas sociales previas. Un repaso sobre los datos de otras epidemias, de lo que ocurrió durante el aislamiento y lo que eso nos puede decir sobre el futuro.

Las tareas de cuidado de niños y adultos mayores y los trabajos domésticos suelen recaer en las mujeres en períodos normales. En la Argentina, las mujeres dedican el doble de tiempo a las tareas de cuidado que los varones, según los datos del Indec.

Qué pasó en casos anteriores

En épocas de crisis sanitaria, esta desigualdad se incrementa. Eso es lo que ocurrió en epidemias anteriores, como el Ébola en África occidental, entre 2014 y 2016; y el Zika en Latinoamérica, entre 2015 y 2017. Según una publicación del Instituto de Salud Global de Barcelona, las epidemias aumentan el trabajo de cuidado que las mujeres realizan, lo cual además de generar mayor trabajo no remunerado, implica pérdidas de ingresos y productividad, y aumenta su riesgo de contagio.

La situación se agrava en países sin buenos sistemas de salud y protección social, y mayor economía informal, donde este trabajo no remunerado “absorbe el costo invisible de la insuficiente infraestructura y provisión de servicios”, como señala una publicación del Observatorio de Políticas Globales.

La diferencia del contexto actual con los casos anteriores, es el confinamiento y el cierre de guarderías y colegios, que aumentan aún más la carga de las mujeres.

Qué está pasando en esta pandemia

Si antes el 68% de las tareas del hogar eran realizadas por las mujeres, en la cuarentena subió al 71%, según una encuesta realizada por UNICEF Argentina en abril último. El 51% de las mujeres dijo que durante el aislamiento sintió una mayor sobrecarga de tareas, con la limpieza de la casa y el cuidado de los niños como las mayores responsabilidades.

En diálogo con Chequeado, Lucía Martelotte, coordinadora de Programas de ONU Mujeres Argentina, dijo que el contexto puso el tema en la agenda pública y visibilizó otro tipo de cuidados más allá del infantil, que también son parte de la cotidianeidad de las mujeres, como el de adultos mayores.

Aunque todavía no hay estudios globales sobre el tema, algunas encuestas sobre sectores puntuales muestran sus efectos. En la Argentina, la encuesta del Sector Mujeres de la Confederación Argentina de Mediana Empresa (CAME) reveló que el 81% de las mujeres comerciantes y empresarias vio afectada su rutina y el 70% tuvo que restar horas a su empresa.

Se publicaron también otras encuestas en el país, no representativas, pero que coinciden en marcar la misma tendencia. Grow, una organización que promueve la equidad de género en el trabajo, relevó que tanto varones como mujeres con hijos disponen de menos tiempo para el trabajo remunerado durante la pandemia que aquellos sin hijos, pero esto es más marcado en el caso de las mujeres, que disponen de una hora y media menos que los varones en la misma situación.

La carga se agrava en los casos de las familias monoparentales, donde la gran mayoría -el 84% en la Argentina– están a cargo de una mujer, algo que está en línea con lo que ocurre en otros países.

Las principales preocupaciones para el futuro

Una de las preocupaciones de los especialistas es cómo será la reapertura de los espacios de trabajo y cómo se articulará con el funcionamiento de las escuelas y otros espacios de cuidado. Si ambas cosas no se hacen de forma coordinada, podría haber “un impacto negativo en la participación laboral femenina”, advirtió Delfina Schenone Sienra, del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA). El hecho de que menos mujeres puedan tener un trabajo remunerado tiene efectos sobre su independencia económica y su autonomía, entre otras cosas.

En la misma línea, Cecilia Merchán, secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad de la Nación, comentó a Chequeado que una preocupación es que se genere una crisis de cuidado, en el momento en el que todavía no abran las escuelas, pero sí otras ramas de trabajo presencial.

Distintas organizaciones señalan la importancia de políticas públicas para impulsar un cambio en esta responsabilidad tradicionalmente adjudicada a las mujeres. La ley que regula el teletrabajo, aprobada el 30 de junio último, determina que aquellos con trabajo remoto que acrediten estar a cargo de menores de 13 años, personas con discapacidad o adultos mayores que requieran asistencia, tienen derecho a horarios compatibles con las tareas de cuidado y/o a interrumpir la jornada.

Por otro lado, en el Poder Ejecutivo Nacional se conformó este año una Mesa Interministerial de Políticas de Cuidado, que reúne a 12 organismos para planificar políticas sobre la organización social del cuidado, algo que Schenone Sienra destacó como una buena señal de considerar sus múltiples dimensiones.

Los posibles cambios del teletrabajo

Hay, sin embargo, algunos estudios alentadores de otros países, como este en España o este en los Estados Unidos, que señalan que el trabajo a distancia podría contribuir a que los varones se involucren más en las tareas de cuidado. Según el segundo, la cantidad de parejas donde ambos hacen al menos el 10% del cuidado creció del 31% al 43% en la pandemia y la cantidad de varones que hizo algo de cuidado aumentó de 53% a 76%. Los padres trabajando desde casa dedicaron 4,8 horas al cuidado contra 2,3 de aquellos que no.

Los investigadores señalan que la extensión del teletrabajo entre los varones podría ser de aquellos cambios “forzados” en roles de género que pueden tener consecuencias permanentes a largo plazo. Mencionan como evidencia anterior el ingreso de mujeres al mercado de trabajo durante la Segunda Guerra Mundial, que cambió las normas y preferencias de las siguientes generaciones.

 

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