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La designación de Rosatti y las funciones del Presidente de la Corte

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El jurista santafesino fue nombrado presidente del tribunal en reemplazo de Carlos Rosenkrantz, que a partir de ahora ocupará la Vicepresidencia.
  • Rosatti fue nombrado en la Corte por Mauricio Macri en 2016, fue intendente de Santa Fe por el Partido Justicialista y ministro de Justicia de la Nación durante la Presidencia de Néstor Kirchner.
  • El Presidente de la Corte está en la línea de sucesión presidencial, representa al tribunal ante los otros poderes del Estado, dirige audiencias y acuerdos e influye en el temario de expedientes a tratar, pero en los últimos años perdió facultades en materia administrativa.

Horacio Rosatti fue elegido presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, el máximo tribunal del país. El jurista santafesino reemplazará a Carlos Rosenkrantz, que ocupaba el cargo desde octubre de 2018, cuando sucedió a Ricardo Lorenzetti. Rosatti, que llegó a la Corte en 2016, fue propuesto como presidente por Juan Carlos Maqueda. A esta propuesta adhirieron él mismo y Rosenkrantz, quien será vicepresidente. Ricardo Lorenzetti y Elena Highton no participaron del acuerdo.

En esta nota, te contamos quién es Rosatti y por qué es importante la Presidencia de la Corte.

Quién es Rosatti

Cumplió 65 años hace un mes y hace 3 meses se cumplieron 5 años de su juramento como juez de la Corte, su primer cargo en el Poder Judicial. Su trayectoria previa tenía más vínculo con la política y el peronismo. Se inició en la década del ‘80 como director de Técnica Legislativa de la Provincia de Santa Fe y como fiscal municipal del Partido de Santa Fe. A principios de los ’90 fue funcionario en la gestión municipal de Jorge Obeid y en 1993 renunció para asumir un cargo en el gobierno provincial de Carlos Reutemann, ambos peronistas.

En 1994 fue convencional constituyente para la reforma de la Constitución nacional en representación del Partido Justicialista (PJ). Un año más tarde, y también con el sello del PJ, ganó las elecciones municipales y asumió como intendente de Santa Fe. Volvió a la función pública en junio de 2003, cuando Néstor Kirchner lo nombró Procurador del Tesoro de la Nación. Ocupó ese cargo durante un año, hasta que reemplazó a Gustavo Béliz como ministro de Justicia de la Nación. Su gestión se caracterizó por sus críticas al Centro Internacional para el Arreglo de Diferendos Relativos e Inversiones (Ciadi) y la defensa del país ante los tribunales internacionales, como él mismo destacó en su carta de renuncia, en julio de 2005.

En diciembre de 2015, a pocos días de llegar a la Casa Rosada, Mauricio Macri nombró por decreto a Rosatti y a Rosenkrantz como jueces de la Corte “en comisión”. La decisión fue muy resistida, y finalmente ninguno de los 2 asumió hasta que se llevó a cabo el procedimiento de audiencias y acuerdo legislativo que establece la Constitución y el Decreto 222/2003.

Cómo se elige al presidente de la Corte

El artículo 79 del Reglamento para la Justicia nacional establece que “el Presidente de la Corte Suprema será elegido por mayoría absoluta de votos de los ministros del Tribunal” y “durará tres años en el ejercicio de sus funciones”. En este caso, fue Maqueda el que hizo la propuesta, según consta en la acordada, y Rosatti y Rosenkrantz adhirieron, por lo que se alcanzó la mayoría de 3 sobre 5 y no fue necesario el voto de Highton y Lorenzetti.

Funciones políticas

“La Constitución no detalla nada especial sobre la Presidencia, pero en su texto queda implícito que la Corte debe tenerla, pues aparece en un caso puntual: si se le hace juicio político al presidente de la Nación, el procedimiento en el Senado lo debe dirigir el presidente de la Corte Suprema”, explicó a Chequeado Gustavo Arballo, secretario de Jurisprudencia del Superior Tribunal de Justicia de La Pampa y autor del blog Saber Derecho.

Por otro lado, el cargo está en la línea de sucesión presidencial. La Ley de Acefalía establece que en caso de no haber Presidente ni Vicepresidente de la Nación, se convoca primero al Presidente Provisorio del Senado, en segundo lugar al Presidente de la Cámara de Diputados y a falta de éstos, al Presidente de la Corte, hasta tanto el Congreso designe a un nuevo Presidente.

“Es quien protocolar y administrativamente representa a la Corte en sus relaciones con los otros poderes”, agregó Arballo.

Funciones judiciales

Además del rol de juez que lo habilita a emitir sus fallos en las causas que llegan a la última instancia de nuestro país, el presidente de la Corte tiene otras atribuciones relacionadas con el devenir de los expedientes. Es quien preside las audiencias públicas y dirige los acuerdos en los que se tratan los expedientes. Según el artículo 84 del mencionado reglamento, “dispone lo relativo a la distribución de las causas a los ministros para su estudio y establece la oportunidad y el orden de su consideración ulterior”. Habitualmente, es quien lleva el temario del acuerdo (así se le llama a la reunión semanal de los ministros en la que se definen los expedientes a tratar), aunque el resto de los ministros puede proponer la inclusión de otros expedientes.

Esto, por otro lado, no quiere decir necesariamente que el presidente de la Corte tiene la facultad de decidir cuándo sale determinado fallo. “Si el presidente incluye un caso en acuerdo, no va a salir si no hay mayoría para decidir que salga. O sea, la regla de la mayoría (desde siempre) se da para las 2 decisiones: no solo para como sale el fallo, sino para tomar la decisión de si un fallo sale o no”, explicó Arballo.

Funciones administrativas

Esta faceta fue la que dió origen a modificaciones luego del nombramiento de Rosenkrantz al frente del tribunal. El presidente de la Corte tenía asignadas para sí mismo atribuciones de carácter administrativo que perdió en 2018.

Rosenkrantz asumió en octubre de ese año, y dos meses más tarde la Corte Suprema, con los votos de Lorenzetti, Maqueda y Rosatti, emitió una acordada en la que estableció que las decisiones de superintendencia, las designaciones de funcionarios y la renovación de los contratos de personal, entre otros aspectos, debían adoptarse con una mayoría de 3 miembros. Hasta ese momento, alcanzaba con la firma del Presidente.

Rosenkranz votó en disidencia: proponía para este tipo de resoluciones la formación de un comité integrado por 3 jueces de la Corte, entre los que debía estar necesariamente su Presidente.

Hace pocas semanas, dio una entrevista en la que se refirió a este tema, aunque con otra postura: “Muy temprano la Corte decidió distribuir entre los ministros varias funciones del presidente de la Corte Suprema. Al principio estuve en contra porque quería hacerlo de un modo distinto, pero ahora entiendo que fue un gran activo porque hizo que interactuemos unos con otros. La forma en que tomamos las decisiones en esta Corte garantiza su perdurabilidad”.

En conclusión, agregó Arballo, “en la historia de la Corte ha habido presidencias más ‘fuertes’ y visibles, como la de Lorenzetti, aunque la tendencia histórica ha sido la de presidencias de bajo perfil. Se suele decir que el presidente no es otra cosa que un ‘primus inter pares’, subrayando lo de pares”.

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