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Esta nota tiene más de un año

Negociaciones con el FMI: cuál es el camino del acuerdo y qué pasaría con la economía si no se logra

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El 22 de marzo la Argentina debe saldar un vencimiento de US$ 3.200 millones con el organismo, pero durante todo 2022 debería pagar más de US$ 19 mil millones, monto que supera ampliamente el nivel de reservas disponibles.
  • Un acuerdo deberá ser aprobado por el Directorio del organismo y por el Congreso, y obligará a nuestro país a cumplir con ciertas metas pautadas por el Fondo.
  • En caso de no lograr un acuerdo ni pagar, el país perdería el acceso a créditos de organismos multilaterales y entraría en default con el Club de París.

Última actualización: 25/01/2022

El 22 de marzo próximo nuestro país debería pagarle al Fondo Monetario Internacional (FMI) US$ 3.200 millones en concepto de pago de capital e intereses por el préstamo Stand-By de US$ 57 mil millones contraído en 2018, durante la presidencia de Mauricio Macri (Cambiemos).

En este escenario, el Gobierno nacional inició negociaciones con el organismo en agosto de 2020, con el objetivo de alcanzar un acuerdo de facilidades extendidas que le permita reprogramar los vencimientos hasta un período de 10 años.

Sin embargo, el 5 de enero último el ministro de Economía de la Nación, Martín Guzmán, reconoció que aún no se llegó a un acuerdo y lo adjudicó principalmente a diferencias en las metas de reducción del déficit fiscal.

Por su parte, la subdirectora gerente del FMI, Gita Gopinath, señaló: “Estamos trabajando muy de cerca con las autoridades argentinas para crear un programa que ayude a la gente. Entendemos que la situación social y económica es desafiante, por eso estamos adoptando un enfoque flexible y pragmático y esperamos lograr más avances en los próximos días”.

El organismo actualizó este 25 de enero las perspectivas de crecimiento para nuestro país, llevándolas del 2,5 al 3% para 2022.

En esta nota te contamos cuáles son los vencimientos que deberá enfrentar la Argentina este año y cuáles serían los escenarios posibles si no se llega a un acuerdo con el Fondo.

Deuda y vencimientos cercanos

Originalmente, el acuerdo que el gobierno de Macri firmó con el FMI contemplaba un préstamo por US$ 50 mil millones, pero en septiembre de 2018 se renegoció y el monto se amplió a un número cercano a los US$ 57 mil millones. 

Sin embargo, nuestro país no recibió todo ese dinero. Luego de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) de 2019, en las que se impuso Alberto Fernández (Frente de Todos), se produjo un salto en el tipo de cambio y el FMI suspendió los últimos desembolsos, por lo que la deuda final ascendió a poco más de US$ 44 mil millones, cerca de un 78% del monto total del acuerdo. 

Pese a esos recortes, el acuerdo de 2018 fue, en términos absolutos, el más alto en la historia del organismo.

Según el último reporte mensual de la deuda pública, la Argentina debe casi US$ 41 mil millones al FMI, incluyendo los intereses de la deuda.

Sin una renegociación, nuestro país está obligado a saldar toda la deuda en los próximos 3 años, con la mayoría de los vencimientos concentrados en 2022 y 2023 (poco más de US$ 19 mil millones cada año, entre capital e intereses). En 2024 quedaría un saldo final de US$ 4.800 millones.

En el corto plazo, la Argentina debería afrontar un pago de poco más de US$ 1.000 millones entre el 28 de enero y el 1° de febrero próximos, entre capital e intereses.

Pero el vencimiento próximo más importante está previsto para el 22 de marzo próximo, cuando el país debería desembolsar US$ 3.200 millones entre capital e intereses. Pero como se explica en esta nota, las reservas internacionales netas -aquellas que, descontando los pasivos del Banco Central y los depósitos privados, se encuentran disponibles para ser utilizadas-, rondan los US$ 5 mil millones, según cálculos privados, y entre abril y junio vencen otros pagos con el organismo por US$ 3.500 millones.

El escenario frente a un acuerdo

Actualmente, el Gobierno negocia las bases de un acuerdo de facilidades extendidas con el Staff del FMI, encabezado por la directora gerente, Kristalina Georgieva. Pero quien definirá finalmente si acepta ese entendimiento es el Directorio Ejecutivo del organismo, integrado por 24 representantes de países miembros, cuyo número de votos está basado en la cuota que cada uno aporta.

El país con mayor peso dentro del organismo es Estados Unidos, que cuenta con el 16,5% de los votos totales. Esto le da “poder de veto” sobre las principales decisiones, dado que la Carta Constitutiva del FMI dispone que cualquier decisión requiere el 85% de los votos.

En nuestro país el acuerdo tampoco será automático: deberá ser refrendado por una ley votada por el Congreso, según lo dispone la Ley 27.612, aprobada en febrero de 2021.

En cualquier caso, la renegociación no estará exenta de condicionamientos para nuestro país: según destaca el FMI, un acuerdo de facilidades extendidas incluye un pedido de “reformas estructurales” cuyo cumplimiento será monitoreado periódicamente por el organismo.

¿Qué ocurriría en ese escenario? Andrés Borenstein, economista de la consultora Econviews -que dirige Miguel Kiguel, ex funcionario del Ministerio de Economía durante las Presidencias de Carlos Menem y Fernando De la Rúa-, dijo a Chequeado que hay 2 aspectos de un posible acuerdo cuyas metas serán difíciles de cumplir: la actualización tarifaria y la brecha cambiaria -la diferencia entre el dólar oficial y los tipos de cambio alternativos-.

“Este nivel de tarifas no se sostiene. El Gobierno tendrá que hacer algo con la electricidad y el transporte. Eso es parte de cualquier manejo racional de la economía: que el consumidor pague más tarifas y dejar una tarifa social para quienes lo necesitan”, indicó el especialista. Y aseguró: “No hay chances de que la economía se ordene si no se salva la brecha cambiaria. Y como no hay confianza en el mercado, la única forma de recuperar reservas y bajar la brecha es una devaluación”.

Por el contrario, Borenstein consideró que “la meta del déficit será fácil de cumplir. Nuestros cálculos son que para 2022 será del 2,5% del PBI. Si se sincera que la inflación de este año va a ser más alta que el año pasado, el gasto público se empieza a licuar y se estará más cerca de lo que quiere el FMI”.

Qué ocurriría si no hay acuerdo

Si el Gobierno no logra un acuerdo con el FMI antes del 22 de marzo próximo ni paga los vencimientos previstos para ese día, no entraría inmediatamente en default, aunque tendría consecuencias inmediatas en el acceso al crédito de organismos multilaterales y en el mercado local.

Técnicamente, en caso de no lograr un acuerdo ni pagar los vencimientos de marzo, la Argentina entraría en una categoría conocida como “arrears” (atrasos, por su traducción del inglés).

De acuerdo con este documento publicado en la web del organismo, los atrasos de países en el pago de sus deudas son cada vez menos frecuentes: en las décadas del ‘80 y el ‘90 se producían unos 20 atrasos anuales, con una duración máxima de 180 días. Desde 2006 el número de atrasos de corto plazo es inferior a 10 anuales.

Según el Convenio Constitutivo del FMI, frente el incumplimiento de obligaciones por parte de un Estado, el organismo presentará una queja formal y le pedirá explicaciones antes de que la Directora Gerente eleve el caso al Directorio Ejecutivo, que podría suspender al país, bloqueando su acceso a los DEGs.

Para evitar este escenario existe la posibilidad de negociar un waiver, una suerte de exención o puente de tiempo para continuar las negociaciones sin las consecuencias de un default. No obstante, el 4 de noviembre último el vocero del FMI, Gerry Rice, descartó que se estuviera negociando esa opción, al señalar que se trataba de un “rumor infundado”.

Borenstein apuntó que un atraso en los pagos haría más complicado llegar a un acuerdo en un futuro inmediato, dado que “el FMI no puede negociar si el país no se pone al día. Si el 22 de marzo no se paga y el 10 de abril se llega a un acuerdo, el Staff no podrá elevar ese acuerdo al Directorio hasta que no se salde la deuda”.

Además, un estudio de la consultora Equilibra en el que se analizan las consecuencias de la falta de acuerdo en la economía argentina advirtió que “el incumplimiento con el Fondo implicaría el cierre del acceso al financiamiento a la mayoría de los organismos financieros internacionales (como el BID y el Banco Mundial), comprometiendo incluso futuros desembolsos ya pactados”.

Además, también se caería el “acuerdo puente” con el Club de París, mediante el cual la Argentina postergó un vencimiento por más de US$ 2.200 millones hasta el 31 de marzo de 2022. La condición para renegociar esos pagos es acordar antes con el FMI: según un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso, en caso de incumplimientos se declararía al país en default con todos los miembros del Club y aplicaría una tasa de 9% anual -muy superior a la actual- sobre los saldos impagos retroactiva a mayo de 2014.

Pese a este panorama, para Borenstein, “el gran problema está en lo local: qué hacen los argentinos con los dólares en los bancos y qué pasa con la brecha cambiaria”. Y agregó: “Va a caer la demanda de dinero, sin necesidad de emisión, y eso va a generar más inflación”.

En el mismo sentido, el trabajo de la consultora Equilibra evaluó que hacia mediados de año -cuando termine la liquidación de divisas producto de la exportación de la cosecha gruesa- “las tensiones financieras frenarían la actividad”, lo que redundaría en una caída del 2% del PBI.

 

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Actualización 25/01/2022: se agregaron los vencimientos de capital e intereses del préstamo acordado con el FMI para los meses de enero y febrero y se incluyeron recientes declaraciones de la subdirectora gerente del organismo, Gita Gopinath, en relación con la negociación con nuestro país.  

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