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La afirmación ha demostrado ser falsa, al ser contrastada con las fuentes y datos más serios y confiables.

Es falso que médicos y enfermeros pueden ser acusados de “crímenes de guerra” por aplicar la vacuna

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Los crímenes de guerra, definidos por el Derecho internacional y la Convención de Ginebra, son las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario que se cometen durante un conflicto armado.
  • El Artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional detalla cuáles son este tipo de violaciones y la vacunación no figura como una de ellas.
  • El posteo también sostiene que la vacuna es experimental y modifica el ADN, lo cual fue desmentido por Chequeado en notas anteriores. Las vacunas autorizadas son seguras y eficaces.

Circula en Facebook un posteo que indica que si el personal médico o de enfermería vacuna a las personas contra la COVID-19 sin antes advertirles sobre los posibles eventos adversos o características de las vacunas puede ser considerado un “crimen de guerra”. Esto es falso.

Los distintos posteos fueron compartidos más de 300 veces en Facebook, según los datos aportados por la red social.

No es un crimen de guerra

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el término de crímenes de guerra, definido por el Derecho internacional y la Convención de Ginebra, se refiere a las infracciones graves del Derecho Internacional Humanitario que se cometen durante un conflicto armado.

Estos crímenes están definidos por el Artículo 8 del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, entre los cuales no se encuentra la supuesta advertencia previa a una vacunación en ninguno de esos puntos, tal como desinforma el posteo viral.

Algunos de los crímenes que sí figuran son: asesinato o malos tratos a prisioneros de guerra, civiles o náufragos; deportación para obligar a realizar trabajos forzados a la población civil en territorios ocupados; genocidios contra la población; toma y ejecución de rehenes; destrucción o devastación injustificada de poblaciones, y robo de bienes públicos o privados, entre otros.

Las vacunas no son experimentales ni modifican el ADN

El posteo desinformante sostiene que la vacuna es experimental, que “no es vacuna porque no inmuniza” y que es “un experimento transgénico que modifica tu ADN”. Sin embargo, esto también es falso.

Tal como explicó Chequeado en esta nota, las vacunas son preparaciones destinadas a generar inmunidad contra una enfermedad estimulando la producción de anticuerpos. Su función es entrenar y preparar a las defensas naturales del organismo (el sistema inmunológico) para detectar y combatir a los virus y las bacterias. Si el cuerpo se ve posteriormente expuesto a estos gérmenes patógenos, estará listo para destruirlos de inmediato, previniendo así la enfermedad.

Todas las vacunas contra la COVID-19 autorizadas en la Argentina y otros países del mundo fueron sometidas a rigurosas pruebas a lo largo de las distintas fases de los ensayos clínicos, y siguen siendo monitoreadas tras su aplicación. 

Las vacunas contra la COVID-19 son seguras y eficaces y sus beneficios superan ampliamente los riesgos, destaca la Organización Mundial de la Salud (OMS). 

El nivel de eficacia varía entre el 70% y el 92%, según la vacuna. Pero todas las que se están aplicando son altamente eficaces (entre un 95% y 100%) en reducir la posibilidad de desarrollar una forma grave de la enfermedad COVID-19, que termine con la hospitalización y, eventualmente, la muerte. 

Como cualquier medicamento, la vacunación también puede traer efectos secundarios, pero suelen ser muy leves y los beneficios de la vacunación son tan notables que los superan con creces. En la Argentina, según el último informe de vigilancia de seguridad en vacunas, el 99,2% de los eventos reportados luego de la vacunación fueron leves y moderados.

Al contrario de los que señala el posteo desinformante, es muy poco probable que después de recibir la vacuna contra el COVID-19, se produzcan efectos secundarios graves que causen un problema de salud a largo plazo. 

“El monitoreo de la vacunación ha demostrado históricamente que los efectos secundarios generalmente ocurren dentro de las seis semanas posteriores a la administración de la vacuna. Millones de personas recibieron las vacunas contra el COVID-19 y no se detectaron efectos secundarios a largo plazo”, detallan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos.

Además, como se detalla en esta nota, es falso que las vacunas de ARN mensajero modifican el ADN humano. Estas vacunas, a diferencia de lo que sostiene la publicación viral, no tienen incidencia en el núcleo de la célula donde se encuentra el genoma, por lo tanto, no pueden interferir en él.

 

Si querés estar mejor informado sobre la pandemia, entrá al Especial Coronavirus.

 

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.

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