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Expectativa vs. realidad: las principales metas económicas de los últimos 11 presupuestos fueron incumplidas

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • La mayoría de las metas establecidas en materia de inflación, crecimiento o caída del PBI, déficit y cotización del dólar no fueron cumplidas desde 2012 hasta 2021.
  • En la mayoría de los años analizados, la diferencia entre la inflación esperada y la real fue de más de 1 dígito: en 2018 -durante la gestión de Cambiemos- rozó los 32 puntos de diferencia.
  • En el caso del déficit fiscal, casi todos los presupuestos lo subestimaron y las mayores diferencias fueron durante el kirchnerismo.

Última actualización: 16/09/2022

El Gobierno nacional envió al Congreso de la Nación el proyecto de Presupuesto 2023, que prevé gastos por $ 28,9 billones, un 117% más que la propuesta presentada por el Ejecutivo para 2022, que fue rechazada por la oposición en la Cámara de Diputados de la Nación.

La iniciativa estima para 2023 una inflación del 60%, un aumento del 2% en el Producto Bruto Interno (PBI) y un déficit primario del 1,9%, en línea con la meta fijada en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En tanto, proyecta una devaluación del 62%, elevando el valor del dólar a $ 269,9 a fines de diciembre del año próximo.

Pero, ¿cómo resultaron las proyecciones establecidas en los presupuestos de los últimos 11 años? En esta nota, repasamos la inflación, la evolución del Producto Bruto Interno (PBI), el déficit y la cotización del dólar que cada año fueron proyectados, en el período 2012-2022, y cómo terminó cada variable en la realidad.

Inflación: solo en el año de la pandemia la proyección estuvo cerca

Sólo durante 1 año las proyecciones de inflación estuvieron cerca del incremento real registrado, aunque ese año el presupuesto no fue aprobado. En 2019, el proyecto presentado por el último ministro de Hacienda de Mauricio Macri, Hernán Lacunza (Cambiemos), no fue tratado por el Congreso y el Gobierno, ya encabezado por Alberto Fernández (Frente de Todos), prorrogó el vigente durante 2019 para 2020.

En el mensaje que acompañó el proyecto, el gobierno de Macri proyectó para 2020 una inflación anual del 34,2%. Ese año, ya bajo la Presidencia de Fernández, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó un 36,1% según el INDEC. Como se explica en esta nota, la baja se produjo por el control de cambios, el congelamiento de las tarifas y las negociaciones paritarias a la baja a raíz de la emergencia generada por la pandemia del coronavirus.

En el resto de los años analizados, a excepción de 2017 (cuando la inflación fue de 7,8 puntos porcentuales más alta que las previsiones), las diferencias entre las proyecciones presupuestarias y la inflación real alcanzaron las 2 cifras.

La distancia más notoria hasta ahora se produjo en 2018: en el Mensaje del Presupuesto de ese año, el entonces ministro de Hacienda Nicolás Dujovne (Cambiemos) proyectó una evolución del IPC del orden del 15,7% anual, pero ese año alcanzó el 47,6%. Casi 32 puntos de diferencia.

Sin embargo, en 2022 la inflación anual podría ser el triple que la presentada en el proyecto que fue rechazado por Diputados: mientras que la iniciativa del Gobierno preveía un incremento de precios del 33%, el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) que publica el Banco Central de la República Argentina (BCRA) en base a proyecciones de consultoras privadas indica que será del 95%. Según el Gobierno nacional, este salto estuvo influenciado por el incremento en el valor de los combustibles y los alimentos a raíz de la invasión rusa a Ucrania.

La segunda mayor diferencia ocurrió en 2016: el presupuesto enviado al Congreso por el ministro de Economía Axel Kicillof (Frente para la Victoria) preveía una inflación anual del 10,4%, pero finalmente, ya bajo la gestión de Macri, llegó al 38,8%. Le siguen el Presupuesto de 2014, con una diferencia de 28 puntos porcentuales y el actualmente vigente: el ministro de Economía Martín Guzmán (Frente de Todos) estimó la inflación en el 29%, pero fue del 50,9%.

PBI: en sólo 1 de los 11 presupuestos analizados evolucionó según lo proyectado

Ocurrió en 2015 -durante la gestión de Kicillof como ministro de Economía y en el último año del segundo mandato de Cristina Fernández de Kirchner-, cuando se calculó un incremento del 2,8% y el aumento real fue del 2,7%. En 2017, en tanto, ya durante la gestión Macri el Presupuesto vaticinó una suba del 3,5% y la variación real fue del 2,8% (-0,7 puntos de diferencia).

Las mayores diferencias ocurrieron en 2012 y en 2020. El presupuesto elaborado en 2011 por el entonces ministro de Economía Amado Boudou (Frente para la Victoria) esperaba un aumento del 5,1% del PBI, pero ese año terminó con una caída del 1% (-6,1 puntos). En 2020, en tanto, el presupuesto no aprobado estimó un crecimiento de 1%, pero ese año se registró una baja del 9,9% a raíz de la fuerte caída de la actividad provocada por las restricciones a la circulación decretadas frente al avance de la pandemia del coronavirus.

Otros 2 años con diferencias muy marcadas fueron 2014 (bajo la Presidencia de Fernández de Kirchner), cuando se esperaba una suba del 6,2% y se registró una caída del 2,5%; y 2018 (durante la gestión de Macri), cuando se proyectó un incremento del 3,5% y se terminó con una baja del 2,6%.

En tanto, en 2021 se registró la diferencia positiva más importante de la serie: el Gobierno nacional había estimado el aumento del PBI en torno al 5,5%, pero terminó siendo del 10,3%, recuperando lo perdido durante el año anterior.

Para 2022, en tanto, el proyecto prevé un incremento del 4%, pero aún no existen datos sólidos que permitan realizar la comparación: el INDEC publicó los resultados del primer trimestre, que muestran un incremento interanual del 6%.

Déficit primario: la mayoría de los presupuestos lo subestimaron y las mayores diferencias fueron durante el kirchnerismo

A excepción de los años 2017, 2018 y 2021, todos los presupuestos desde 2012 subestimaron el déficit primario. En la mayoría de los casos, incluso, se previeron resultados superavitarios, algo que no se logró en ninguno de los ejercicios analizados.

Las mayores diferencias se produjeron durante el segundo mandato de Fernández de Kirchner, superiores a los 4 puntos porcentuales. En 2015, por caso, el entonces ministro Kicillof planteó un superávit del 0,94% del PBI, pero el déficit ese año llegó a 3,8% (-4,74 puntos porcentuales). Durante el primer año de la gestión de Macri, en tanto, el déficit llegó al 4,3%, pero en las previsiones elaboradas en 2015 por Kicillof se esperaba un superávit del 0,17%.

En 2021, el déficit fiscal fue del 3% del PBI, mientras que en el Presupuesto se había previsto una caída del 4,2%. En 2022, en tanto, el Presupuesto planteó un déficit del 3,6%, pero posteriormente el Gobierno se comprometió ante el FMI a reducirlo hasta el 2,5%. En el primer semestre del año el resultado primario fue de -1,1%, pero especialistas indicaron que, de continuar con el ritmo de gastos actual, se superaría lo pactado con el organismo internacional.

Dólar oficial: las mayores brechas se dieron en la gestión Macri

Una de las mayores diferencias entre la expectativa planteada por el presupuesto y la realidad se dio en la cotización del dólar oficial. En 2018, año en el que se produjo una importante corrida cambiaria, el Gobierno de Cambiemos preveía un dólar de $ 19,30, pero terminó en $ 38,85; el doble de lo esperado. 

La segunda diferencia más importante se produjo al año siguiente: en 2019 la “brecha” entre la cotización esperada ($ 40,1) y la final ($ 62,98) fue del 57%. En septiembre de ese año la gestión de Macri reestableció el “cepo” a la compra de dólares que había eliminado al comienzo de la gestión, a fines de 2015.

Durante la segunda Presidencia de Fernández de Kirchner, en tanto, las diferencias fueron de entre el 12 y el 41%, pero durante ese período se estableció el “cepo” a la compra de dólares, con un fuerte control sobre el valor de la divisa. 

Por su parte, el primer año de gestión de Alberto Fernández la brecha entre el dólar proyectado y el real fue del 33%, mientras que en 2021 redujo las diferencias al 5%. En el Presupuesto 2022, en tanto, se preveía un dólar a $ 131,1, pero actualmente ya se encuentra en $ 150 y el Gobierno proyecta que llegará a $ 166,5 a fines de diciembre próximo

Desde su asunción Fernández mantuvo y profundizó el cepo cambiario reinstalado por Macri, permitiendo la compra de hasta US$ 200 por persona y agregando impuestos que encarecen en un 75% el valor del dólar oficial minorista

Por qué ocurren estas diferencias

Rafael Flores, economista y ex presidente de la Asociación Argentina de Presupuesto Público (ASAP), dijo a Chequeado que “el gran problema que hay en la Argentina para pensar el presupuesto y para cualquier política de mediano plazo es la volatilidad macroeconómica”.

“Esta volatilidad hace que haya una diferencia enorme entre lo que el Gobierno supone que va a pasar y lo que termina pasando, porque la inflación está fuera de control desde hace más de una década y eso impide que cualquier política de mediano plazo tenga sustento”, indicó el economista, al tiempo que agregó que “el presupuesto, que es una expresión de las políticas públicas, queda desactualizado permanentemente porque en 3 meses todo se desactualiza”.

Por su parte, Julián Folgar, economista y profesor de Finanzas Públicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA), dijo a este medio que “en contextos de inflación lógicamente el presupuesto como herramienta de previsión pierde fuerza. Sin embargo, en contextos de inflaciones moderadas (a diferencia de la década del ‘80), debería ser posible tener proyecciones más cercanas a la realidad. No tenerlas amplifica los grados de discreción en el manejo presupuestario”.

 

Actualización 16/09/2022: se actualizaron los datos económicos de 2021 y se agregaron los resultados parciales del año 2022. 

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