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Esta nota tiene más de un año

Son falsas las afirmaciones de Javier Calamaro sobre el coronavirus y las vacunas contra la COVID-19

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • El cantante mencionó en una entrevista en el show del Festival Atahualpa en Córdoba que el coronavirus “no causa los estragos que dicen que causa”, que el virus “fue creado en un laboratorio”, y que las vacunas contra la COVID-19 tienen grafeno y metales pesados, entre otros puntos.
  • Estas afirmaciones son falsas. En la Argentina, el virus originó más muertes que en años previos, el origen del virus es natural, no artificial, y las vacunas contra la COVID-19 son seguras y no tienen grafeno.
  • Es importante desmentir este tipo de contenidos cuando son difundidos por personajes públicos o famosos, por su poder de propagación.

Circula un video viral del músico y compositor Javier Calamaro, el hermano del cantante Andrés Calamaro, quien fue consultado en el show del Festival Atahualpa, en Córdoba, sobre el coronavirus y dijo que “no causa los estragos que dicen que causa”, que el virus “fue creado en un laboratorio” y que “no salió de Wuhan”. Además, afirmó que las vacunas contra el coronavirus tienen grafeno y metales pesados y comparó a la pandemia con el nazismo.

Esto es falso. En la Argentina, el virus originó más muertes que en años previos, el origen del virus es natural, no artificial, y las vacunas contra la COVID-19 son seguras y no tienen grafeno ni metales pesados.

La entrevista fue realizada por Radio Vos de Córdoba y el video fue difundido en Twitter por Radio Play con Vos, donde contó con más de 3 mil “Me gusta”, superó los mil retuits, y 153 mil reproducciones. Además, “Calamaro” se hizo Tendencia en Twitter el lunes último por la mañana.

Horas después de la viralización del video, Calamaro pidió disculpas por sus dichos, según publicaron diversos medios, y dijo: “En primer lugar me gustaría hablarles a todos aquellos que han sido afectados por la COVID-19 ya sea de manera directa o indirecta por haber perdido a algún familiar. De ninguna manera se puede negar lo que ha ocasionado a nivel mundial. En segundo lugar, quiero aclarar que simplemente di una opinión personal tal vez sesgado por casos cercanos que lo han padecido. De ninguna manera entraré en debate cuando afuera hay tanto dolor sobre este tema”.

Por otro lado, desde De La Bocha producciones, la productora de Calamaro, señalaron a Chequeado que el lunes último se envió “un comunicado con las disculpas de Javier Calamaro por sus dichos que fueron sacados de contexto”.

Aunque Calamaro destacó que se trata de “una opinión personal”, lo que dijo son hechos contrastables que son objeto de verificación por parte de Chequeado.

Sobre el coronavirus: “No causa los estragos que dicen que causa”. FALSO

“No causa los estragos que dicen que causa. Es todo excusa para tener dominado a la población mundial. Estoy vacunado, me arriesgue a que me maten como mataron a siete amigos míos”, afirmó Calamaro en la grabación viral. Pero esto es falso.

A raíz del coronavirus, en muchos países se registró una mayor cantidad de muertes en 2020, el primer año de la pandemia, que durante otros períodos. En la Argentina, un estudio del Ministerio de Salud de julio de 2021 demostró que el exceso de mortalidad durante 2020 por todas las causas fue del 10,6%, equivalente a 36.306 muertes en exceso. En el primer semestre de 2020 las muertes registradas fueron un 7,9% inferior al número esperado para ese período y en el segundo semestre hubo un 25,6% más de las esperadas.

El exceso de mortalidad es uno de los indicadores más completos para medir el impacto directo e indirecto de la pandemia de COVID-19, ya que comprende no solo las muertes confirmadas, sino también aquellas que no fueron correctamente diagnosticadas y reportadas, así como por otras causas que son atribuibles a las condiciones generales de la crisis.

Por otro lado, el coronavirus puede generar consecuencias en la salud a corto y largo plazo. “El 25% de las personas que padecen COVID-19 tienen dentro del primer mes secuelas post covid, que van desde caída del pelo, cansancio, problemas para dormir, hasta la aparición de diabetes cuando no existían, complicaciones pulmonares, arritmias, entre otras cosas. Esto es lo que se llama post covid agudo”, explicó a Chequeado Elena Obieta, médica infectóloga, integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI) y jefa del servicio de enfermedades transmisibles de la municipalidad de San Isidro.

Según la OMS, entre un 10% y un 20% de las personas que tienen COVID-19 pueden experimentar diversos efectos a medio y largo plazo después de recuperarse de la enfermedad inicial, lo que se conoce como long COVID (COVID prolongado).

“El SARS-CoV-2 fue creado en un laboratorio”. FALSO

“Es una enfermedad, un virus, creado en un laboratorio”, dijo Calamaro. Pero esto también es falso.

El coronavirus descubierto a fines de 2019 es de origen animal y no fue creado en un laboratorio. Así lo demuestran diversas investigaciones. Expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) junto a sus pares locales arribaron a esa conclusión tras su investigación de un mes en China para descubrir los orígenes del SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19.

La evidencia muestra que el SARS-CoV-2 no es un virus que se haya producido en un laboratorio: la estructura no es la que corresponde a la manipulación de un genoma y no hay nada que indique que fue creado a partir del patrón de otro virus. Los investigadores han observado todas las características notables del SARS-CoV-2 en coronavirus relacionados en la naturaleza. Una perspectiva genómica sobre su origen natural está disponible aquí.

Como lo señalaba una carta firmada por 27 expertos y publicada en la revista The Lancet “científicos de múltiples países han analizado genomas del agente causal y los resultados concluyen, de forma abrumadora, que este coronavirus se originó en la vida silvestre (acá, acá, acá, acá, acá, acá y acá) al igual que muchos otros patógenos emergentes. Las teorías de la conspiración no hacen más que crear miedo, rumores y prejuicios que ponen en peligro nuestra colaboración global en la lucha contra este virus”.

“Las vacunas contra la COVID-19 tienen metales pesados o grafeno”. FALSO

“El verdadero genocidio lo están cometiendo con esa vacuna llena de grafeno y metales pesados que nos obligan a todos a meternos”, señaló Calamaro en la entrevista.

Las vacunas contra el coronavirus no contienen grafeno. El grafeno es “una capa de átomos de carbono empaquetados en forma de hexágonos contiguos, como un panal de abejas”, explicó a Maldita Berta Domènech Garcia, doctora en Química e investigadora de la Universidad Tecnológica de Hamburgo especializada en nanotecnología y nanomateriales. A su vez, el óxido de grafeno es la forma oxidada del grafeno. “Es decir, grafeno funcionalizado con grupos que contienen oxígeno”, apunta Domènech.

Como se explica en esta nota, las vacunas cumplieron con rigurosos estándares científicos de seguridad, efectividad y calidad de fabricación antes de ser autorizadas. Ninguna de las vacunas contra el coronavirus aprobadas en la Argentina ni en el mundo tiene entre sus componentes grafeno ni óxido de grafeno.

Diego Peña, profesor de Química Orgánica en la Universidad de Santiago de Compostela e investigador del Centro Singular de Investigación en Química Biológica y Materiales Moleculares en España, aclaró a Newtral que el grafeno no es una sustancia soluble, por lo que sería difícil inocularlo en una vacuna.

En la Argentina, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) también confirmó que las vacunas no contienen grafeno.

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) divulgaron un reporte, a finales de julio pasado, en el que recogieron algunas de las principales narrativas falsas que circulan acerca de las vacunas. Entre ellas, que las vacunas contienen óxido de grafeno.

Las desinformaciones en torno a la supuesta presencia de metales pesados y grafeno en las vacunas se remontan al menos hasta mayo último (ver acá, acá y acá).

Por último Calamaro menciona que 7 amigos suyos “murieron o quedaron deformes por la vacuna esa que nos están obligando a meter”. Sobre este punto, es importante mencionar que los efectos adversos o muertes por las vacunas contra el coronavirus representan un porcentaje bajo frente a todas las aplicaciones de las vacunas contra la COVID-19. Según datos del Ministerio de Salud (últimos disponibles), desde el inicio de la Campaña Nacional de Vacunación contra la COVID-19 se notificaron, hasta el 31 de octubre de 2021, 54.719 Eventos Supuestamente Atribuibles a Vacunación e Inmunizaciones (ESAVI) tras la aplicación de más de 48 millones de dosis de vacunas contra la COVID-19 en personas mayores de 18 años, es decir, 112 por cada 100 mil dosis aplicadas.

Del análisis de las notificaciones surge que de los eventos clasificados como relacionados a la vacunación sólo el 3,2 % fueron graves, casos que requirieron hospitalización de acuerdo con la clasificación de OMS/OPS.

Por qué es importante verificar este tipo de contenidos

Es importante desmentir este tipo de contenidos cuando son difundidos por personajes públicos o famosos, por su poder de propagación, como ocurrió con el ex cantante de la Bersuit Vergarabat Gustavo Cordera, y el cantante español Miguel Bosé.

Un estudio elaborado por el Reuters Institute de la Universidad de Oxford mostró que durante los 3 primeros meses de la pandemia, las figuras públicas difundieron el 20% de las desinformaciones, pero estas obtuvieron el 69% del total de interacciones (engagement) en redes sociales. Es decir, que aunque no son responsables de difundir el mayor número de desinformaciones, sí son quienes logran que esas desinformaciones lleguen a una mayor audiencia.

Un ejemplo es el que muestra una investigación del sitio de fact checking brasilero Estadão Verifica (en el marco de la serie “Los desinformantes” de LatamChequea) que analiza cómo el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, fue uno de los mayores desinformantes en el país durante la pandemia, específicamente sobre curas no probadas, como la hidroxicloroquina, y explica cuáles son las consecuencias de que los funcionarios públicos difundan información falsa.

Este chequeo es parte de la iniciativa Third Party Fact-checker de Facebook en la Argentina. En los casos de fotos y videos trabajamos con imágenes trucadas o sacadas de contexto y siempre analizamos en conjunto las imágenes junto con el texto con el que fueron presentadas.

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