UNICEF

Según el INDEC, el 51,5% de las niñas y niños son pobres por ingresos: viven en hogares cuyos ingresos no alcanzan para cubrir la canasta básica de alimentos y servicios. ¿Qué muestran las fuentes alternativas?

El INDEC, que mide la pobreza según los ingresos, indicó que en el segundo semestre de 2022 el 58,3% de los niños y niñas del Conurbano era pobre. Por su parte, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, que muestra la pobreza multidimensional informó una cifra del 72,2%. 

Aunque en 2021 se registró una leve recuperación de las coberturas de vacunación en todos los grupos etarios respecto de 2020 -el principal año de la pandemia de COVID-19-, esa mejoría no alcanzó los niveles prepandémicos.

La falta de acceso a servicios de cuidado repercute en las trayectorias educativas y laborales de las mujeres, en quienes recaen mayoritariamente estas tareas.

Al contrario de lo que se piensa desde el mundo adulto, la adolescencia no es un momento de la vida sin preocupaciones, sino que se atraviesan problemáticas propias que tienen que ver con cuestiones intrínsecas al desarrollo madurativo.

Una frase repetida en muchas ocasiones en torno a las mujeres adolescentes es que se embarazan para cobrar un beneficio social del Estado. Sin embargo, no hay estudios que muestren que las decisiones de las personas con respecto al embarazo estén determinadas por cobrar o no una suma de dinero.

Muchas veces se los presenta como jóvenes que “no hacen nada”. Sin embargo, un porcentaje importante de esta población realiza trabajos no remunerados al cuidar a niños, niñas o adultos u ocuparse de las tareas domésticas del hogar.

Los y las jóvenes se involucran hoy de una manera diferente a como lo hacían las generaciones anteriores, a través de redes sociales y causas múltiples, y no sólo a través de la política partidaria tradicional.