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Esta nota tiene más de un año

2020: un año de pandemia y repleto de desinformaciones que verificamos

Si tenés sólo unos segundos, leé estas líneas:
  • Durante el año del coronavirus, comenzaron a circular múltiples teorías conspirativas vinculadas con el origen del SARS-CoV-2 y falsas curas sobre la enfermedad.
  • También se hicieron virales audios falsamente atribuidos a médicos y contenidos antivacunas que no tienen respaldo en evidencia científica.
  • Las desinformaciones vinculadas con la economía y  la política no desaparecieron por completo. Las más virales: las relacionadas con el dólar y la moneda argentina.

2020 fue un año singular en todos los sentidos. Y también lo fue para la desinformación, concepto con el que se alude a los contenidos sin sustento empírico o que hacen referencias a hechos falsos o que incluyen algún componente falso. Desde fines de febrero último, cuando se conocieron los primeros casos del nuevo coronavirus en América Latina, la desinformación comenzó a circular a toda velocidad, incluso a niveles más altos que durante el período electoral del año pasado.

Tan sólo en marzo, desde que se registró el primer caso de coronavirus en la Argentina, se cuadruplicaron la cantidad de mensajes que Chequeado recibió por día al número de WhatsApp (+54 9 11 3679-0690) respecto a los que llegaron durante los meses de la campaña presidencial de 2019 (agosto, octubre y septiembre).

A continuación, un repaso por las principales desmentidas de este 2020 verificadas por Chequeado.

El origen del coronavirus y las teorías conspirativas

Junto con la pandemia comenzaron a circular contenidos sobre ella por las redes sociales. La desinformación sobre el nuevo virus tomó vuelo y rápidamente se viralizaron teorías conspirativas sobre su origen.

Una de las desmentidas más tempranas y virales que realizó Chequeado fue la de un video que señalaba que el virus fue creado en los Estados Unidos -con cerca de 1 millón y medio de reproducciones en Youtube- y otra que señalaba que fue creado en un laboratorio chino y que el empresario estadounidense Bill Gates financió su origen (video que fue difundido en el país por Tomás Méndez, conductor del programa “ADN” que se emite por el canal C5N).

Una versión similar de esa desinformación fue difundida días después por Clarín, La Nación e Infobae. En ambos casos se trataba de contenido falso: los estudios científicos señalan que lo más probable es que el virus se haya originado a través de procesos naturales, y no que haya sido diseñado de forma artificial en un laboratorio.

En WhatsApp, a comienzos del año las cadenas con recomendaciones para tratar o evitar contagiarse de coronavirus tuvieron mucho “éxito”: por ejemplo, un texto que afirmaba que el doctor japonés Tasuku Honjo, Premio Nobel de Medicina, dijo que el coronavirus no era “natural” llegó cerca de 80 veces al número de WhatsApp de Chequeado para ser verificado. Sin embargo, el doctor -ganador del premio por sus investigaciones sobre el tratamiento del cáncer- desmintió haber hecho esas declaraciones, y además el origen de la desinformación fue una cuenta falsa de Twitter que llevaba su nombre y tampoco hay evidencias que demuestren que el origen del coronavirus sea artificial.

Otra cadena que llegó 70 veces al número de WhatsApp señalaba que médicos italianos habían encontrado la cura para el coronavirus y que el virus se combatía sólo con tratamientos contra la trombosis. Si bien en pacientes fallecidos por la COVID-19 se encontraron signos de trombosis, esto no implica que la enfermedad no provoque una neumonía grave.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) también fue eje de diversos contenidos falsos: en mayo Perfil e Infobae publicaron notas sobre supuestas novedades del organismo internacional y el coronavirus que se basaban en información vieja y en julio se viralizó que la OMS había asegurado que “quizás nunca hubo motivos para el confinamiento”, lo que también resultó ser falso.

Falsas curas y posturas antivacunas

Las vacunas fueron otro de los ejes de las desinformaciones en 2020 y circularon varios contenidos en relación a ellas. A principios de año, circuló un posteo que afirmaba que las vacunas antigripales aumentan la posibilidad de tener alzheimer y que tienen aluminio.

Sin embargo, ninguna de las vacunas utilizadas para la actual campaña de vacunación en la Argentina poseen ese componente. Además, especialistas e instituciones internacionales coinciden en que no hay evidencia científica para afirmar lo que dice el contenido que circula en redes sociales.

De la mano de las teorías conspirativas, con la pandemia se hicieron conocidos 2 grupos de profesionales negacionistas, “Médicos por la Verdad” y “Epidemiólogos Argentinos Metadisciplinarios”, que cuestionan la especificidad de las pruebas PCR para diagnosticar la COVID-19 y promueven el dióxido de cloro como un tratamiento posible para la enfermedad, aunque la ingesta de este producto implica un peligro para la salud.

Chequeado verificó varios de sus argumentos. Una de las apariciones más virales y recientes fue de una de sus referentes en el país, Chinda Brandolino, una médica de La Plata que suele viralizar desinformaciones sobre el nuevo coronavirus. Lo hizo en el programa de la periodista Viviana Canosa -quien también ha difundido desinformaciones peligrosas sobre el consumo del dióxido de cloro para tratar el coronavirus (algo que no tiene evidencia científica)-, y contó con más de 50 mil reproducciones en Twitter.

Allí, Brandolino mencionó varias desinformaciones, por ejemplo, que las vacunas se elaboran con fetos abortados, algo que es falso ya que se elaboran con líneas celulares que sí provinieron alguna vez de un feto. También señaló que “las vacunas producen autismo en los niños y niñas”, algo que también es falso y que tiene raíz en un mito elaborado por el médico inglés Andrew Wakefield en la década del 90, según explicó Gustavo Sevlever, médico del Laboratorio de Neuropatología de FLENI y director de Docencia e Investigación de la institución, a Chequeado en esta nota.

Buena parte del protagonismo del año se lo llevaron también los audios de falsos médicos con recomendaciones para evitar el contagio del virus. Fue, por ejemplo, el caso de la “doctora” Carina Martinich: unos audios extremadamente virales -que al número de Chequeado llegaron más de 100 veces en menos de 48 horas– circularon atribuidos a esta bioquímica de Rosario dando falsas alertas

Pero ni ella era la mujer de los audios, ni tampoco trabajaba para el Malbrán, el único instituto que a principios de año hacía análisis de los estudios PCR. En el audio, la mujer hacía recomendaciones -que también resultaron ser falsas- sobre el cuidado frente al coronavirus, y hacía proyecciones sobre el famoso “pico” de contagios para abril, algo que tampoco ocurrió.

El coronavirus no lo fue todo

Aunque al principio de la cuarentena las desinformaciones sobre salud inundaron las redes sociales y los chats en los teléfonos, las desinformaciones políticas también tuvieron su momento del año.

Es así que Chequeado verificó contenidos virales referidos a la economía, como por ejemplo que los funcionarios y sus familiares no están exceptuados del impuesto “PAIS” (un impuesto del 30% que grava ciertas operaciones en moneda extranjera), un contenido que tuvo más de 230 mil compartidos en Facebook.

Un video que señalaba que los billetes de $ 100 no tienen numeración y generaba sospechas de una “emisión descontrolada”, tomando como excusa la pandemia del coronavirus, también fue viral en WhatsApp, aunque en la grabación sólo se muestra la parte de los billetes en la que no se imprime su numeración. Además, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) publicó en sus redes una aclaración donde señaló que los diseños de los billetes que tienen animales impresos sólo están numerados al reverso.

Los audios (y anónimos) también circularon con temas referidos a la economía. A mediados de septiembre se hizo muy viral un audio que aseguraba que el Gobierno iba a “confiscar” dinero de plazos fijos y cajas de seguridad no se condice con los datos, algo que no ocurrió y que explicamos en esta nota.

Otro contenido viral fue el tuit -con más de 40 mil “Me gusta”- que publicó el periodista Eduardo Feinmann que afirmaba que en su cuenta oficial de Twitter que Lucas Grimson, el adolescente que se hizo conocido en redes por dirigirse a “les pibis” en un parte del Ministerio de Salud de la Nación, cobraba $ 160 mil por su trabajo en el Estado. Pero Chequeado pudo verificar que lo publicado por el periodista era falso: Grimson fue contratado por 7 meses por la Fundación del Hospital Garrahan y su sueldo mensual es de $ 24 mil.

Las desinformaciones que involucran a otros países también tuvieron su espacio en territorio argentino. Uno de los contenidos más virales verificados por Chequeado este año fue el de un posteo en Facebook que afirma que el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y 35 mil funcionarios y legisladores bajaron sus sueldos un 60% para subir las jubilaciones. El contenido tuvo más de 500 mil compartidos, pero también es falso: el presidente mexicano no decide sobre los salarios de quienes integran el Poder Legislativo en su país. Además, las reducciones salariales a la administración pública mexicana que decidió el Ejecutivo no fueron del 60% sino del 25% y optativa.

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Comentarios

  • Gustavo Woltmann25 de diciembre de 2020 a las 7:00 pmEs increible como la gente confia en cualquier informacion que le llega sin siquiera la minima fuente de confianza. Gustavo Woltmann

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